Carla Peterson: "sueño con volver a enamorarme"

Programa nuevo, vida nueva. Por estos días, Carla Peterson (36) enfrenta un nuevo desafío profesional: ser la protagonista de Un año para recordar, la nueva tira producida por Sebastián Ortega para la noche de Telefe. Fuera de la pantalla chica, también atraviesa una nueva etapa. Carla está sola. Luego de algo más de un año de relación, la talentosa actriz se separó de Mike Amigorena. Un momento de replanteos y reflexiones que Carla elige compartir con ¡Hola! Argentina.


–¿Cómo vivís ser la protagonista de la tira del prime time de un canal que quiere recuperar su liderazgo? ¿Nervios, ansiedad, mucha responsabilidad?

–Claro que quiero que nos vaya bien, pero no lo tomo como una responsabilidad que recae sólo sobre mí, porque sé que es un programa que está a la altura del horario que va a ocupar. Tampoco lo vivo con nervios, lo tomo como un desafío placentero, porque actuar es lo que me gusta hacer.


–Pero ¿te preocupa la competencia?

–Me parece que lo más importante es que todos hagamos que la gente mire televisión. Es interesante darle al público opciones diferentes entre las que pueda elegir y que los actores compitamos con otros actores. Nada más desalentador que actores versus un reality show, por ejemplo.


–Griselda [Siciliani] y vos son muy amigas, y ahora les toca enfrentarse por el rating…

–Somos muy amigas como para ponernos a pensar en eso. Tenemos una amistad muy profunda, casi de hermanas… Lo que nos pasa a las dos es que estamos muy orgullosas del lugar que estamos ocupando en este momento y nos emociona recordar nuestros inicios y todo el camino que recorrimos juntas.


–Dejemos de lado la tele. ¿Qué hay de cierto en que las mujeres son más competitivas que los hombres?

–Hay algo de cierto en eso, pero yo con mis amigas no compito porque, justamente, son “mis” amigas. La competencia no se lleva nada bien con la amistad.


–¿Cuál es el plan que más disfrutás hacer con tus amigas?

–Juntarnos, salir, comer, tomar un rico vinito, tener largas charlas, reírnos, hacer compras… No son amigas que conocí en el dieta club, ¿viste?


–¿Te sentís una actriz que marca estilo y tendencia dentro del mundo de la moda?

–Mmm, yo no sé si marco estilo, la moda es algo que me gusta y a lo que estoy atenta. Seguramente, algo debe haber en mí, porque me llaman para hacer campañas de ropa o se fijan a ver qué me puse. También hay algo que me acompaña: como a muchas mujeres les gusta lo que uso, es más fácil que diseñadores como Gino Bogani o Pablo Ramírez me hagan un vestido. Estar con Gino en su casa, que para mí fue siempre el gran maestro de la moda, que me muestre sus vestidos, escuchar música con él… Son esas cositas que a las mujeres nos encantan.


–¿En qué otras cosas te reconocés protagonista del mundo femenino?

–[Piensa.] En todo lo que hago, desde las cosas más simples y cotidianas hasta las más globales. Tengo la suerte de ocupar un lugar importante dentro de mi profesión y trabajé mucho para llegar –algo que nos pasa a muchas mujeres–, y también me ocupo de mí, de mi casa, de mi familia, de mis plantas, de cocinar algo rico… Las mujeres tenemos esa cosa de pulpo, de ramificarnos, de estar en todo y todo al mismo tiempo, ¿no?


–Estar bien plantada en lo profesional, ser exitosa, independiente, tener una economía sólida… ¿pensás que es un panorama desalentador para una pareja?

–Creo que no, porque el hombre que esté conmigo debería abstraerse de todo eso, de esa imagen de superwoman, de la “chica de la tele”. El encuentro debe ser desde otro lugar, desde un sitio de mucha más simpleza para que todo pueda fluir. Yo, como cualquier mujer, también necesito que me cuiden, que me lleven.


–¿Puedo confesarte algo? Desde afuera se te ve como una mujer a quien le gusta llevar los pantalones de la relación.

–¿En serio? Entonces eso es algo que tengo que trabajar, porque si ésa es la imagen que doy, no está bueno.


–¿Estás haciendo terapia?

–Sí, hace mucho tiempo que hago, y me gusta tenerlo como un espacio de pensamiento, de encuentro conmigo misma. Me parece interesante tener un lugar donde poder escucharme íntimamente.


–Hace dos años, dijiste: “A veces pienso, ¿yo ya no debería tener un hijo?”.

–Por suerte, ésa ya no es una pregunta que me siga haciendo, porque entonces definitivamente el psicoanálisis no me estaría funcionando. Es obvio que, en este momento, no estoy pensando en tener un hijo, pero me encantaría ser madre.


–¿Te corre el reloj biológico?

–No, la verdad que no. Generalmente, el tema de la maternidad se me hace presente cuando estoy en pareja y hoy estoy sola.


–¿Serías madre soltera?

–No tengo la menor idea, ésas son cosas que pasan más allá de uno. Hoy mis preguntas más recurrentes son “¿a qué hora grabo el lunes?”, “¿cuándo hay un feriado largo?”, “¿podré hacer algo de ejercicio el martes?”.


–¿Estás atenta al cuidado de tu cuerpo?

–Sí, muy atenta, porque me gusta verme bien. Antes de ponerme a grabar, encontré un lugar al sur de Río de Janeiro que se llama The Island Experience, donde te dan un plan de alimentación y una rutina de ejercicios. Entonces te despertás muy temprano, hacés yoga, meditás, caminás, nadás, remás, comés sano. Así durante una semana entera. Eso me sirvió para ordenarme y cargar pilas.


–Como reza el eslogan de Un año para recordar, ¿qué harías si pudieras volver a vivir el último año de tu vida?

–Yo no cambiaría nada. Lo que me gustaría es poder detener un poco el reloj, me quedaría tal vez más tiempo viviendo algunas situaciones. Lo hecho, hecho está, y los aciertos, los desaciertos, las buenas y las malas decisiones que uno toma son por algo, y todo eso te lleva y te convierte en lo que sos hoy. Querer volver al pasado para cambiar algo que ya hicimos me parece de cobarde. Lo más valiente es aceptar que uno acertó o le pifió, pero siempre mirando para delante.


–¿Qué significa el éxito para vos?

–El éxito es algo efímero, pero uno lo puede guardar en un buen lugar sin melancolía. No me imagino un éxito constante… Es como si fuera verano todo el tiempo o como si el sol nunca se ocultara. Nos volveríamos locos. Está bueno brillar, descansar y volver a brillar. Ser exitoso para mí tiene que ver con poder cumplir los objetivos que me pongo de la manera más fiel a como me los imaginé.


–¿Y cómo te llevás con la popularidad?

–Bien. Es cierto que la popularidad implica que se hable y se opine de tu vida privada todo el tiempo, y hay que aprender a vivir con eso. Que me caso, que me embarazo, que me voy a convivir, que me separo… Es importante aprender a relajarse y entender que la mayoría de las cosas que se dicen son inventadas. Creo que la gente entra en una confusión que ni sabe si estoy sola, en pareja, si estoy por entrar al altar… [Se ríe.]


–¿Es lo mismo separarse a los 20 y pico que a los 30 y pico?

–Cuando uno es más grande, el encuentro con una pareja es más fuerte, y la huella que deja una relación es más profunda. Uno pone más cosas en juego y, por eso, la ausencia del otro se siente más.


–¿Quiénes son tus pilares en este momento post separación?

–Mis amigas… También me gustar estar sola y encontrar mis espacios para ir a visitar a mi abuela, ir a conocer el hijo de una amiga o salir a dar un paseo. Me gusta ir eligiendo esos pequeños pasos.


–¿El trabajo es un refugio?

–¡No! El trabajo es una circunstancia que se da en un momento especial de mi vida, pero detesto cuando dicen “se refugia en el trabajo”.


–¿Te considerás una mujer fácil para el amor?

–Ni fácil ni difícil. Lo que sí tengo claro es que hoy no estaría con alguien sólo por el hecho de estar acompañada. Convengamos que con los años nos ponemos más exigentes. No me viene bien cualquiera. [Carcajadas.]


–Carla, tuviste parejas de bajísimo perfil, y tu última relación, con Mike, estuvo más expuesta. ¿Qué se viene ahora?

–Nunca se sabe, pero las dos cosas son entretenidas y tienen su encanto. Lo que sí tengo resuelto es que me gustaría volver a enamorarme.


–Que Mike y vos pertenezcan al mismo medio, que tal vez en algún momento vuelvan a trabajar juntos, que tengan amigos en común, ¿hace más complicada la separación?

–No creo. Nos queremos mucho, pero hay momentos y objetivos que no siempre son compatibles con los del otro. Cuando digo que somos amigos, no significa que hoy nos encontremos para salir, quiero decir que tenemos una excelente relación.


–¿Una separación siempre es un fracaso?

–No, no me parece. Me separé, pero no siento que haya fracasado en el amor. Es un momento que hay que pasar…


–¿Sos de las que atraviesan ese momento con películas románticas para llorar hasta el hartazgo o preferís salir, estar de reunión en reunión?

–[Se ríe.] Yo me ubicaría en el medio.


–¿Ya aparecieron los típicos: “Carla, tengo alguien para presentarte”?

–¡No! La gente que me rodea sabe que ésa no es la manera ni el camino, más bien sería un problema para ellos.



Fuente: Contexto